jueves, 6 de marzo de 2014



En relacion con la coyuntura electoral, un articulo de Felipe Marin, dirigente del MODEP y representante de los estudiantes ante el consejo academico de la universidad de Caldas.



"No nos hacemos falsas ilusiones. Ni por las elecciones los trabajadores conquistarán el poder, porque la burguesía no está dispuesta a acatar las mayorías parlamentarias. Ni toda la fuerza del pueblo se expresará en los resultados electorales. Sabemos que las elecciones nunca resuelven por si mismas los problemas de las clases, sólo los plantean." -

(Miguel Enríquez, Dirigente del MIR, durante un discurso en 1973)
 





Bajo la premisa fundamental que la participación del campo popular en  los espacios de la institucionalidad burguesa no sirve ni asegura nada por sí misma, que el uso de esta táctica debe SIEMPRE ligarse efectivamente a la denuncia, la movilización y la organización de las masas, inicia este articulo; puesto de otro modo se establece como punto de partida frente a la cuestión del parlamento y las elecciones, que si no es como tribuna de agitación del pueblo y sus necesidades, como espacio para desenmascarar las políticas de  las clases dominantes y sus amos imperialistas y como mecanismo para impulsar de forma resuelta la más amplia movilización de las masas (en el marco del proceso de acumulación y reagrupamiento de las  fuerzas democráticas, patrióticas y anti-imperialistas)  la participación de los revolucionarios en el parlamento y el uso de los  resquicios de la democracia burguesa es estéril.
Esta es una cuestión de principios para quienes quieren conquistar una sociedad radicalmente diferente a la imperante, el camino del pueblo no participa  de las elecciones como lo hacen las clases dominantes o los oportunistas, que viven pregonando que desde el parlamento burgués pueden conquistarse los cambios que el pueblo necesita, no es la lucha electoral ni la única, ni la principal forma de lucha en este periodo, para los revolucionarios ir al parlamento no es un inamovible, el asunto de cómo y para que se va si,  el problema de participar en elecciones o no,  guarda directa relación con el nivel de desarrollo de la lucha, el nivel de comprensión de las masas de su papel transformador y el aporte que estar allí represente al avance general  de las gentes más sencillas y su causa.  No se valen, porque no funcionan en el terreno de la táctica,  recetas abstractas  y de corte estrategista que pregonan la necesidad de ir por el poder para el pueblo y no se ocupan de desbrozar  el camino para llegar a él, tampoco sirve el  inmediatismo que no liga correctamente el paso inmediato( la táctica electoral) con el horizonte (la estrategia), el empleo correcto de las formas de lucha, sin recurrir a las formulas o a las abstracciones, afincando las definiciones en el análisis concreto de la situación concreta,  es imperativo para quienes creen que otra Colombia es posible, la Colombia democrática popular y socialista.
La actual coyuntura electoral, se produce en el marco de un proceso de reagrupamiento de las fuerzas populares[1] por un lado, y de la profundización del neo-liberalismo, la entrega de la soberanía a la voracidad de los monopolios imperialistas, la pugna inter-burguesa entre Santistas y Uribistas por cual sector se pone al frente de la dirección del estado, y  la existencia en las instituciones y la cultura de elementos propios de  la ideología fascista, en medio de esta condición se desenvuelve el proceso de paz y negociación.
El crecimiento en cantidad y calidad de las movilizaciones del pueblo, se concretan en  contundentes y masivas jornadas de lucha, sin antecedentes en la historia reciente, que desde el punto de vista de sus objetivos han ido más allá de las meras reivindicaciones económicasy han puesto en el blanco aspectos centrales del modelo agenciado e implementado por las clases dominantes: En la lucha contra la reforma educativa los estudiantes de la MANE señalaron sin vacilaciones al modelo neo-liberal y mercantilista  como responsable de la crisis de la educación superior, pequeños y medianos agricultores denunciaron los tratados de libre comercio y la desregularización del mercado en detrimento franco de la producción nacional, como los grandes culpables de la quiebra del sector, los pequeños y medianos mineros combatieron audazmente durante varias semanas el modelo de entrega de los recursos, depredación del territorio y criminalización puesto en marcha por Santos,bajo el nombre eufemístico de “Locomotora minero-energética”, los obreros y trabajadores de Pacific Rubiales, la Drummond, Ecopetrol, VICAL libraron importantes batallas para arrancar sus justas reivindicaciones a los patronos, las madres comunitarias avanzaron en conquistas muy importantes para su sector, los obreros y trabajadores tercerizados, vinculados a mega monopolios y trasnacionales inician un proceso de organización y reivindicación de sus derechos que  precisa que una posición clasista y consecuente se ponga al frente.
En suma, puede advertirse un cambio esperanzador en el nivel y disposición  de lucha de las masas populares, que no obstante su importancia, no es suficiente todavía para generar un cambio fundamental en la correlación de fuerzas y con ello una situación revolucionaria en desarrollo,  las clases dominantes tienen todavía  la sartén por el mango, y es tarea de los revolucionarios quitárselo empleando para ello  todas las herramientas a su alcance y dando pasos para incorporar al campo de los luchadores a nuevos contingentes de hombres y mujeres que con su participación en la lucha de clases, nos permitan vencer la cuesta y generar un cambio definitivo en la situación política, fieles al principio que las masas hacen la historia,  que millones de Colombianos que aún no toman partido activo en la contienda se pasen de manera definitiva para este lado de la línea, es producto de la educación, el trabajo paciente, ladrillo a  ladrillo, paso a paso que realizan los revolucionarios,  por convertir la brisa fresca que empezó a soplar en una gran tormenta popular.
La tribuna parlamentaria  y la participación de la coyuntura electoral en este contexto (Para educar, movilizar, agitar y organizar), creemos puede servir a la reconstrucción de las fuerzas democráticas en nuestro país, al proceso de acumulación de fuerzas que requerimos , razón por la que llamamos a participar de la contienda del 9 de Marzo, votando por candidatos y dirigentes del pueblo, probados en las recientes jornadas de lucha y cuya historia y programa político, representa la garantía de una participación “a lo revolucionario” en el parlamento.
Invitamos a acompañar al Compañero Alberto Castilla (Marcado con el número 9 en la lista del PDA) dirigente campesino del Catatumbo, presidente del Coordinador Nacional Agrario, participe de los recientes levantamientos rurales, que en su programa aboga por una reforma agraria democrática, por un ordenamiento territorial al servicio del pueblo y plantea una lucha abierta contra el modelo de extranjerización y mega minería preconizado por las clases dominantes, y señalando sin titubeos la movilización del pueblo y la lucha como las herramientas para hacer posible lo necesario.
También invitamos a respaldar al  Compañero Iván Cepeda (Marcado con el número 10 en la lista del PDA) luchador por las libertades y derechos democráticos, dirigente del movimiento nacional de víctimas, en cuyo programa plantea la necesidad de avanzar en la lucha contra el fascismo y por la democracia, ampliando para ello las garantías de expresión, organización y movilización.
En lo concerniente a la cámara de representantes por Caldas, invitamos a conocer y apoyar al compañero Jhon Freddy Muñoz (Marcado con el número 105 en la lista del PDA)  minero tradicional de Marmato, presidente de la federación de pequeños y medianos mineros de Caldas y Risaralda FEPEMINCAR y tesorero de la asociación de mineros tradicionales de Marmato ASOMITRAMA,  vocero de los mineros durante el paro nacional y destacado luchador contra la minería trasnacional y los monopolios, en cuyo programa reivindica la soberanía y su oposición al modelo minero impulsado por Juan Manuel Santos.
Este, (el electoral) es otro frente de lucha que reclama participación de los revolucionarios, el campo popular se juega en estas elecciones la posibilidad de tener en el parlamento amigos del pueblo que ayuden a desarrollar sus luchas y a seguir reagrupando las fuerzas, es cierto que no se trata del escenario principal de la confrontación entre clases dominantes y masas populares, pero resulta indiscutible que es una tribuna importante en el actual periodo,  Lenin solía decir: “De aquí se derivan dos conclusiones prácticas muy importantes: la primera es que la clase revolucionaria, para realizar su misión, debe saber utilizar todas las formas y los aspectos, sin la más mínima excepción, de la actividad social (dispuesta a completar después de la conquista del Poder político, a veces con gran riesgo e inmenso peligro, lo que no ha terminado antes de esta conquista); la segunda es que la clase revolucionaria debe hallarse dispuesta a  reemplazar de un modo rápido e inesperado una forma por otra.”[2]Los revolucionarios no saben  cuáles retos y nuevas formas asuma la lucha en  el futuro, cuales giros dramáticos de la historia nos moverán, el tema está en permanecer e insistir, este  alta o baja la marea.


[1]Después de un periodo difícil durante el cual el fascismo encarnado en  Álvaro Uribe Vélez propino duros golpes al movimiento democrático y en el que todo un periodo de lucha se cerró y se abrió uno nuevo
[2] V.I Lenin, “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”, titulo X algunas conclusiones.

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