domingo, 22 de abril de 2012
LA MESA QUE CAMBIO LA HISTORIA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL COLOMBIANO - PRIMERA PARTE
Producto de una labor academica y a proposito de los 10 años de historia del proceso reciente de busqueda de la unidad entre los estudiantes universitarios Colombianos a cumplirse el año proximo, presento a continuacion una cronica en tres entregas sobre este dificil tema. Advierto que toda opinion controversial presentada en este texto es responsabilidad exclusiva de su autor y no compromete mas que en sus aspectos de posicion oficial al Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo MODEP.
LA “GENERACION PERDIDA”
Una generación entera se perdió. Se perdió a sí misma, a sus compañeros, le cerró a más de un millón de estudiantes la posibilidad de verse sin arrancarse la piel los unos a los otros en la experiencia inédita de la unidad propia del gremio estudiantil, arropado por una organización única de los estudiantes universitarios colombianos. Se perdió en su momento lo que habíamos tardado unos seis años en acumular, desde la “ofensiva de relaciones políticas” que la FUN desarrollo desde el 2000, en miras de ese viejo sueño de vigilia de la unidad; primero buscamos a las organizaciones nacionales de estudiantes, que aun solían sacarse la lengua, insultarse y hasta agarrarse de las mechas en las asambleas generales, pues la proverbial costumbre del sectarismo es deporte nacional en Colombia desde siempre. Algunas simplemente no querían la unidad, otras decían buscarla con diferentes grados de sinceridad y nadie, desde el encuentro Cucho Peña del 86, se arremangaba para construirla con seriedad. “…y los caminos de unidad son caminos de victoria”, quizá por eso no habíamos ganado nada significativo desde hace tantos años. Hicimos el encuentro nacional de estudiantes universitarios ENEUP en noviembre de 2000 en Tunja, en medio de un frio que nos helo hasta los huesos y saliendo como siempre, divididos y relativamente frustrados. Radicamos ese mismo mes en ministerio un pliego que el MEN seguramente jamás ni leyó, pero habíamos roto el hielo de casi 15 años de ausencia de espacios nacionales con esas 1500 almas jóvenes agitándose en el coliseo de la UPTC.
Solo hasta el 2003, con el congreso nacional de estudiantes universitarios convocado por la ACEU en Bucaramanga -en realidad se trataba de un espacio interno de esta organización más que otra cosa- se publicaría el “llamamiento a la unidad de los estudiantes Colombianos”, suscrito por ellos, la relativamente nueva OCE (lo que quedaba del trabajo estudiantil del MOIR después de la debacle de la JUPA y la división con el hoy PTC) y la FUN. Yo no estuve en Bucaramanga, pero Paula Ramírez -una antigua dirigente de la época y amiga- me relato que al menos no nos agarramos de nuevo. Habíamos dado medio paso hacia intentar la unidad, faltaba dar el otro medio, por el cual nos decidimos a mediados de 2004, con el primer encuentro de la que denominamos CNEU (Coordinadora Nacional Estudiantil Universitaria), con la esperanza de que no se convirtiera en otro aparato vacio, otro “cascaron que solo sirva para firmar comunicados”. Sufrimos de todos los males históricos de la izquierda estudiantil en esa experiencia, lo que llamábamos en la FUN las “viejas prácticas incorrectas” de las organizaciones: sectarismo –obviamente-, vanidad, hegemonismo, imposición de agendas propias de cada fuerza y otras mas que, si bien no lograron destruir en el huevo a la CNEU –que alcanzo a tener siete reuniones nacionales hasta Junio de 2006- y después del punto alto que significo el paro nacional Universitario del 13 de Septiembre de 2005 y la derrota del decreto 3545 –bolsa concursable de recursos con cargo a los presupuestos de las U publicas que hubiera llevado a la quiebra al sistema entero- si terminaron por restarle fuerzas, irle bajando ritmo, para desaparecer lentamente, dándole “dulce muerte” al decir de Marx. No olvidare un par de cosas de ese proceso: la naciente FEU, que fue un verdadero dolor de cabeza en su momento con sus posiciones hegemónicas y actitud confrontacionales con las otras organizaciones -hoy una organización mas madura y gran luchadora por la educación pública-, la gaceta universitaria que nunca pudimos sacar -se supone que era la base de discusión que todos proponíamos para la realización de un encuentro nacional de unidad en Tunja en 2006 que tampoco se hizo jamás- y la sensación que todos tuvimos en la FUN de la época de que el suelo bajo nuestros pies desaparecía, al haber apostado todo por la unidad y haber perdido.
Y se puede hablar de otra “generación perdida”, porque no pudo romper el hechizo centenario del movimiento estudiantil colombiano que le ha impedido avanzar hacia una organización gremial única que abarque todo el país. Conocí de primera mano a esa generación de dirigentes, que a pesar de sus empeños en este propósito, víctima de sí mismos, del sectarismo, de la falta de voluntad política o de la simple confusión, no pudimos concretar el propósito de esa época. Terminarían graduándose algunos y haciendo sus vidas de casa carro y beca, continuando en sus propios proyectos políticos y algunos pocos, continuamos en pregrado o posgrado nuestro proceso formativo. La CNEU se reunió por última vez en la sede central de la Universidad Distrital de Bogotá a finales de Junio de 2006 y dejo de existir sin más, abriendo un periodo de relativa dispersión entre el movimiento estudiantil, mediada por chispazos de unidad de acción, en medio de la situación crítica en que el sistema de educación superior publica viene entrando en los últimos años.
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